Leer la noticia y responder lo siguiente
1- ¿Cómo entiende la ética Aristóteles?
2- ¿Cómo se desarrolla la moralidad dentro de los hombres?
3- ¿Cuál es el desarrollo de la sociedad a la hora de formar una ciudad?
4- ¿Qué garantía o bien tendrán los ciudadanos en la ciudad?
5- ¿Cuál es la finalidad del Estado y por qué?
6- ¿Qué características debe tener un hombre para vivir en la ciudad?
7- ¿Por qué los hombres se asocian políticamente?
8 - ¿Cuáles son los principios de los Democracia? Tenga en cuenta la participación ciudadana
9- ¿Qué características tiene un Estado no Democrático? Tenga en cuenta la participación ciudadana
10 - Según todo lo respondido ¿Cómo lo vincularía con la noticia?
Orlando J. Ferreres
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SI NO HAY DEMOCRACIA NI ÉTICA, TAMPOCO FUNCIONARÁ LA ECONOMÍA
Por Orlando Ferreres
Especial para lanacion.com
Lunes 11 de abril de 2011 01:39 (actualizado a las 00:16)
En un país se articulan tres sistemas: el sistema político, el económico y el moral-cultural. Quien más ha estudiado estas relaciones fue Michael Novak, pero muchos otros lo han investigado también (por ejemplo, Marx aunque desde otro punto de vista). Si las instituciones de estos tres órdenes no funcionan consistentemente, el conjunto no puede funcionar adecuadamente y eso es precisamente lo que esta ocurriendo en nuestro país.
En la conducción política del país hemos tenido golpes y gobiernos militares y gobiernos civiles en una sucesión cíclica a lo largo de los años, desde 1930 hasta 1983. Esta alternancia anormal fue minando el sistema político que explotó definitivamente en 2002. Ya no hay sistema político en Argentina.
El radicalismo se dividió en lo que se llevó la Coalición Cívica (Carrió), lo que se llevó Recrear (López Murphy), lo que se llevaron las radicales K, y lo poco que quedo en la cáscara casi vacía de la burocracia partidaria. Nadie puede frenar a un precandidato que decide irse o quedarse y poner límites al desorden interno para organizar una batalla por la presidencia del país. Se expulsa de por vida a un radical que se fue y al año y pico se lo acepta de nuevo como precandidato a presidente ganador, y finalmente se lo desgasta hasta que se va por segunda vez frente a las internas antes de las internas oficiales.
En el peronismo pasa lo mismo, una parte se fue hacia el centro derecha especialmente en la década del 90, otros, en la actualidad, hacia la izquierda, con el Frente para la Victoria, otros quedan en el Peronismo Federal que revivió pero ya languidece y el partido Justicialista casi no existe. El sindicalismo está bastante dividido también.
Los partidos no tienen candidatos y los candidatos no encuentran partido. Tenemos alrededor de 800 partidos, entre nacionales, provinciales y vecinales, pero no tenemos ni un solo partido que funcione, que ofrezca credibilidad dentro de un sistema político ordenado, que permita un ejercicio de la democracia interna y una carrera política a aquellos que tengan vocación para ella. Los jóvenes se alejan de la política y hacen como que no les interesa el destino nacional. Aparecen los corredores de autos, de lanchas, los cantores, las actrices, los cómicos, los ingenieros en las candidaturas de lo que queda de los partidos.
Por eso es que se levantó la ola re-eleccionaria: son las personas encaramadas en cada jurisdicción, las que hoy están mandando, las que no quieren dar paso a otros, pues quieren seguir siendo "los dueños de la estancia", salvo honrosas excepciones. Cambian la Constitución para seguir mandando sin reglas. No dejan que sean las instituciones las que vayan superando el continuismo personificado y que ésa sea la forma institucional de conducir a un país, una provincia o un municipio en forma ordenada, superando el feudalismo del siglo XXI. La descomposición política se ha acentuado desde 2002.
Esta desorganización política tiene su correlato en el sistema económico que tampoco funciona bien. Crecemos, sí, pero podríamos crecer mucho más. Tenemos aproximadamente el equivalente al 75% del capital reproductivo del país invertido en el exterior y sigue saliendo el dinero. Ya Perón dijo en 1974 "la manguera que tira para afuera hay que darla vuelta y que tire para adentro" pero cada vez espantamos más al capital con hiperinflación, expropiación de los plazos fijos (Plan Bonex), hiper-recesión, corralito y pesificación de los depósitos en dólares y maxi-devaluación, default y quitas de 75 % en los que confiaron en los bonos del país, inflación no registrada, inesperado cierre de rubros enteros de exportaciones o importaciones.
Los resultados económicos son evidentes. El ingreso o PBI per cápita se va quedando por debajo del de los países más desarrollados y se va acercando progresivamente al de los subdesarrollados.
Si no hay democracia real, tampoco puede funcionar bien la economía pues las decisiones de inversión se orientan hacia los amigos del poder, las votaciones por las dadivas, y la conducción del país se aleja del interés general.
En lo ético-cultural se ha producido un gran cambio, acorde con la involución de los sistemas políticos y económicos: gran parte de la población espera mucho del "puntero" político y de la dadiva del estatismo. En la cultura política, la población ve como natural que las Corporaciones (por ejemplo la CGT) tengan más poder que el Congreso, y esto va llevando a que, progresivamente, se consolide un credo populista-distribucionista y de facilismo clientelista que va gradualmente eliminando la idea de que el progreso se obtiene gracias al esfuerzo de prepararse mucho y trabajar bien y ser frugal en los gastos.
No es un hecho que ha ocurrido en los últimos 20 años, sino que viene de lejos. Hasta las canciones populares así lo reflejan. Por ejemplo en el tango Cambalache escrito por Enrique Santos Discépolo en 1934, se expresa " el que no llora no mama y el que no afana es un gil "[...]" es lo mismo el que labura, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura o esta fuera de la ley ".
Fue desapareciendo la frase "mi hijo el doctor", es decir, la expresión que reflejaba la idea de que, por medio del estudio y el esfuerzo en el trabajo, se podía mejorar en forma importante y pasar de inmigrante pobre a clase media argentina. Este cambio cultural negativo se ha hecho carne, esta idea de que esforzándose se puede mejorar significativamente se ha perdido.
La educación además se ha degradado en su calidad y esto se aprecia en las comparaciones internacionales. La posición ética del argentino es cada vez de menor rigor. Como ejemplo podemos citar la economía negra o informal que se estima llega alrededor del 40% de la producción del país, cuando hace 20 años atrás se ubicaba en el 28% , cifra que también era ya alta.
La ética del argentino se puede traducir fielmente en la expresión "yo, argentino", es decir, me salvo por mi cuenta y no me preocupo de los demás y esto es terrible pues lleva a la falta de proyecto, no hay nada que compartir, sálvese quien y como pueda.
El sistema político, el sistema económico y el sistema ético-cultural de Argentina están desarticulados, desquiciados, no funcionan. Por eso, aún con un cierto crecimiento económico, hay malestar en el argentino, se siente frustrado y con razón. Requerimos un cambio, pero un cambio no meramente declarativo, de marketing de elecciones, para obtener votos sino un cambio definitivo encarnado en la sociedad. Necesitamos líderes con ideales, desinteresados de las ventajas económicas para conducir este cambio.
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